A veces en la vida sentimos una profunda sed de verdad y de amor. Vivimos en una era de constante comunicación a través de las redes sociales y sin embargo, nuestras relaciones personales a menudo sufren. Si no sabemos cómo escuchar la voz de Dios dentro de nosotros, nunca seremos capaces de recibir a los otros.

Por eso sentimos la necesidad de parar en el camino y dejar que nuestro Padre nos hable a través de Jesús. De esta manera podemos encontrarnos con Dios de una manera más profunda y directa. Jesús pasó noches enteras rezando a su Padre como fuente de amor y guía, esperando hacer siempre su voluntad.

Creemos que tenemos la misma necesidad de entender a lo que Dios nos llama cada día. Por eso organizamos retiros, para poder recibir todo de Dios y así ser capaces de dárselo a los demás. Nadie puede dar lo que no tiene, y en un retiro nos abrimos a recibir de nuestro Padre lo que Él quiere darnos para que demos.