Chalice of Mercy fue fundada en 2007 en Chippewa Falls, Wisconsin, por la ucraniana Valentyna Pavsyukova, junto con amigos suyos estadounidenses.

Valentyna había llegado a Estados Unidos desde Zaporozhye, Ucrania en 2002, a la edad de 18 años, después de que su nombre fuera escogido en la lotería que realiza el Gobierno de los Estados Unidos para la asignación de visados. Su madre le había inscrito en la lotería el año anterior, sin decírselo, esperando darle a su hija una oportunidad única. Valentyna fue acogida inicialmente por una pareja ucraniana en la pequeña ciudad de Medford, Wisconsin. Muy lejos de su familia y amigos, y con muy poco conocimiento de inglés, vivió un período muy doloroso. El hecho de que Valentyna casi no hubiese tenido contacto con la fe durante su infancia en la Ucrania postsoviética, hizo que fuese aún más difícil para ella, sobrellevar esta situación. La única excepción a esa ausencia de fe fue su abuela, que le había enseñado la Oración del Padre Nuestro y que en su niñez le había animado a orar, especialmente “cuando los tiempos sean difíciles y, por si acaso Dios existe”. Esta sencilla oración comenzó a despertar en Valentyna una conciencia de Dios como un Padre que le ama. Así, las primeras semillas de esperanza quedaron plantadas en su corazón.

Dos años después de su llegada, Valentyna encontró trabajo como peluquera en Chippewa Falls. Había empezado a leer los Evangelios, que empezaron a cobrar vida para ella. Le sorprendía lo poco que encontraba acerca del catolicismo, y que consistía principalmente en imágenes (a menudo en películas antiguas), cuentas de rosarios, altares y velas, sacerdotes en sotanas y personas arrodilladas en silencio. Cuando llegó la oportunidad de ir con un compañero de trabajo, que era católico, a Misa, ella aceptó. Y, en el momento de la Consagración, supo con certeza, que delante de ella, sobre el altar, “fuera lo que fuera lo que estuviera haciendo ese sacerdote, era la verdad:¡ese era el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo! “Con el apoyo de un grupo de amigos católicos cada vez más grande, Valentyna fue recibida en la Iglesia Católica en la Vigilia Pascual de 2007.

Con el corazón encendido por su nueva fe, Valentyna quería entregarse por completo a Dios, pero no sabía cómo. Pensó en unirse al Peace Corp y servir a los afligidos en Etiopía, pero de pronto, se dio cuenta de que la región donde enfocar su Misión tenía que ser su tierra natal, Ucrania, donde la gente estaba hambrienta y sedienta de fe.

La Misión toma formaMientras Valentyna deliberaba sobre la concreta naturaleza de su misión, consultó a un tío suyo en Ucrania y le explicó que quería divulgar la Palabra de Dios. Él contestó diciendo que debía hacerlo con hechos más que con palabras

Esto le marcó enormemente, y empezaron a surgir dos prioridades claras en su corazón: La misión de Chalice of Mercy tendría un enfoque médico porque muchos hospitales e instalaciones médicas en Ucrania estaban anticuados o en proceso de cierre; y estaría dedicada a Dios Padre, para que fuera conocido y amado en su país y en todo el mundo.

Durante una visita a su familia en Zaporozhye en 2007, unos meses antes de hacerse católica, Valentyna sintió mucha alegría al descubrir que un sacerdote polaco, el Padre Jan Sobilo, había sido asignado a una pequeña parroquia allí, aceptando dejar su país natal para hacerse cargo de una pequeña comunidad. Tan pronto le explicó cuál era su visión para Chalice of Mercy, al Padre Jan le encantó la idea y se convirtió en el padre espiritual de Valentyna y de la misión. Más tarde, en 2011, el Padre Jan Sobilo fue ordenado Obispo.

A su regreso a Estados Unidos, Valentyna trabajó con una amigos para fundar formalmente Chalice of Mercy, como una organización sin ánimo de lucro, de acuerdo con la legislación Estadounidense.

Más tarde contactaron con el Hospital Sisters Mission Outreach de Springfield, Illinois, donde se recoge equipamiento médico sobrante de hospitales y fabricantes, para su distribución a países en desarrollo. En colaboración con las Hermanas, en otoño de 2009, prepararon el envío de un contenedor de 40 pies de equipamiento médico. Valentyna sabía lo preciado que sería este equipamiento para las anticuadas instituciones sanitarias que lo recibirían. Sin embargo, en el momento en que estaba añadiendo camas de parto al envío, se dio cuenta de que no solo podrían ser utilizadas como camas para dar a luz, sino también como camas de muerte en la realización de abortos, algo que estaba creciendo descontroladamente en Ucrania.

En ese momento entendió que la misión de Chalice of Mercy sería una misión pro-vida, y que promovería la dignidad humana desde la concepción hasta la muerte natural.

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